
Y esto es realmente revolucionario. Hace no mucho los anunciantes no sabían quién estaba próximo a comprar un determinado producto o servicio y quién había formalizado ya su compra. Gracias a los datos (esos que el consumidor va dejando por todas partes), los anunciantes no están ya más “in albis” en lo que a sus clientes se refiere. Los que eran antes grupos algo borrosos de público objetivo son ahora grupos de necesidades.
Grupos de necesidades son, por ejemplo, aquellos consumidores que, tras asistir a una feria automovilística, han dejado constancia de su interés por un determinado modelo. Para conectar con estos grupos de necesidades no vale única y exclusivamente la publicidad pura y dura. Hay que poner en sus manos ofertas concretas.
En la nueva era digital, en la que el consumidor busca información sobre los productos y servicios en los que está interesado y los compra de manera casi simultánea, no se sabe ya dónde termina el marketing y dónde comienzan las ventas. Cuando cabalgan a lomos de la publicidad programática, el marketing y las ventas dejan de ser lo que siempre han sido para convertirse en otra cosa: en “smarketing”.
Fuente: Marketing Directo
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